Ayer salí, no soy de salir seguido, pero ayer lo hice.
Eramos Caro, Nahuel y May. A la tarde con Caro habíamos estado en la Zombie Walk, y después ellos se iban a la casa de ella y yo me iba a mi casa, tranqui. Empezaron a decirme que salga, y les expliqué que no, porque no me sentía cómoda en esos lugares, no me gustaba, el alcohol llega un punto que me da asco, la música es muy fea y era todo muy caro. Siguieron insistiendo y les dije que hablen con mi mamá. Ella dijo que sí. Bueno, terminé cediendo y fui. Me vestí como todos los días, y empezaron a hablarme sobre de que tengo que empezar a mostrarme más, pero no me gusta, no me gusta la ropa corta, me gustan las remeras de bandas, las camisas, los pantalones hechos mierdas, las zapatillas, soy yo así. Bueno, llegamos a la casa de mi amiga, empezaron a maquillarse ellas, fuimos a tomar el colectivo, llegamos, todo bien, todos felices.
Primero era comer pizza ahí y después quedarnos a "bailar". Para mi eso no existe, es algo completamente estúpido. Para mi el ritual de pizza+amigos sería hacerlas en casa, poner música, hablar, si pinta peli, pinta, reirse un rato y listo, no ir a un boliche donde de pedo estaban pasando Gorillaz, al lado tenías unos imbéciles y encima tenes que gastar 30 pesos y gritar para que tus amigos de escuchen.
Pasado lo de la pizza, fuimos arriba. Era otra pista (en total eran 3), al parecer pasaban solo reggaeton. Cuando subí, vi gente como de 30 años vestidos como si estuviesen en una fiesta de quince, con el cotillon y toda la bola. La pista debería llamarse "Para los que no superaron las fiestas de quince". Bueno, balconcito, a escondidas tener que tomar, bajamos de nuevo. Bueno, una cosa personal entre mis amigos, bla bla bla. Arriba, abajo, arriba abajo. Dejamos las cosas en el ropero, y nos quedamos en una de las dos pistas de abajo. En teoría había una de electrónica, que era en la parte donde nosotros cenamos, pero quedaba como lugar de cena todavía y todos putos. Intenté "bailar" pero no podía, como la música no me transmitía nada, no podía, y me empezaron a insistir a que baile, y no, no podía. Empecé a sentirme presionada a tener que estar ahí, se me empezó a quemar la cabeza con esa música, me sentía muy fuera de lugar.
No aguanté y me fui. Tenía que, no era lo mío. No me gusta ver como esas personas bailaban al ritmo de algo hueco. No me gusta ver como las chabonas no se respetaban. No me gustaba ver toda esa gente monótona, igual vestida, con el mismo peinado.
Al subir el taxi, me puse a hablar con el tachero. Me descargué, me entendía, entendía lo que mis amigos no entendían cuando les dije que no quería salir. Entendía mi punto de vista. Puede que mi punto de vista sea medio anti, medio de viejo, pero hay cosas y cosas.
Cuando llegué a casa, busqué mi mp3, me acosté, y no me dormí hasta que terminé de escuchar los 4 discos de Lisandro Aristimuño.
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