- Pará, loco. El rock dejó de ser rebelde en los 70.
- No, el rock es música de satán todavía en el siglo XXI.
- ¿Hace cuánto tiempo que no vas a un recital de rock?
- ¡Silencio!
- No, vos callate. Además, Luzparís no es rock, mirá dónde toca.
Es curioso, Luzparís es una banda de rock que ensambla perfecto en una sala de teatro. En una obra los personajes hablan. ¿Qué sería de Shakespeare sin diálogos?
Luzparís no dice una sola palabra, pero dice tantas cosas. En la música académica tampoco se dice una sola palabra, he ahí el punto de encuentro. Aunque pensándolo mejor: los académicos avanzan con la vista clavada en pentagrama; Luzparís apenas sabe qué acorde marca; los académicos se visten de esmoquin; Luzparís fabrica sus propias remeras; los académicos suelen interpretar a los clásicos; Luzparís compone hoy; los académicos ejecutan piezas; Luzparís toca canciones. Son diferencias inexistentes, lo importante es el nivel artístico. Luzparís presenta esta noche su último disco, Tierra de Conejos, una obra post-rock admirable. Es lógico y un honor que se suba al escenario de los académicos, en la mejor sala de la ciudad.
- ¡Eh! ¿No estás exagerando?
- Sí, un poco
- Bueno, callate. Ahí Empieza
Por Agustín Maragoni
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Es el texto que estaba en el programa del recital de Luzparís en el Colón el 29/4
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