Te dan 15 minutos antes de partir. Esos 15 minutos son para dar el último adiós. Sentís que el tiempo no te es suficiente. Pedís más. Te lo niegan y automáticamente te dejan en la calle, solx, para que vayas a despedirte. Empezás a correr, sentís peso en uno de tus bolsillos. Son monedas y billetes, al parecer te los dieron para que te movilices rápido. Tomas un taxi y a los 5 minutos estás dónde tu familia. Entrás a la casa. Están todos los que son importantes para vos. En 5 minutos contás todo y decís que tenes que volver y en 5 minutos estar allá. Ellos te dan la idea de esconderte en el ático de la casa, lo que te parece muy ingenioso. Subís rápido y tranquilx, sabes que no te van a ir a buscar allí. Tranquilx entrás, los 15 minutos no se están cumpliendo por 30 segundos. En eso, algo no te parece muy bien. Mirás al techo, algo cae sobre tu cabeza ¿Te deja inconsciente? No, te mata en el instante. Como verás, no podés escaparte del final.
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